Las pastelerías en Mallorca tienen su esencia en la dieta mediterránea y son pocos los que se resisten a visitarlas en sus viajes a la isla.
Las famosas ensaimadas son un pastel, en forma de espiral, elaborado con harina, azúcar, levadura, huevos y manteca de cerdo.
Las ensaimadas tradicionales son las "lisas" (sin relleno) o las de cabello de ángel, pero puedes encontrarlas con crema, chocolate, mermelada de albaricoque, frutas confitadas e, incluso, sobrasada en su interior.
Aunque son un gran reclamo para los turistas desde hace años, las ensaimadas no restan ni un ápice de competencia a otros dulces clásicos que podemos probar en las pastelerías de Palma de Mallorca, como robiols, gatò de almendras, cocas, panades o crespells.
Las panaderías y pastelerías de Mallorca son muy famosas.
En ellas podrás desayunar, merendar o tomar un tentempié dulce o salado a cualquier hora del día.
Una de las pastelerías que debes visitar en tu próximo viaje a Mallorca es el Fornet de la Soca (antiguo Forn des Teatre), situado en la Plaza Weyler.
Este local es muy recomendable por varios motivos.
El primero es su excelente ubicación, en el centro de Palma; el segundo, el encanto del local, un edificio modernista donde las formas onduladas y los motivos vegetales son protagonistas; el tercero es su historia, pues hablamos de un horno centenario; y el último, aunque no menos importante, es su producto, en el que destacan las cocas de gatò y las ensaimadas.
También cabe destacar que Tomeu Arbona, maestro pastelero del Forn de la Soca, realizó una minuciosa investigación sobre el origen del gran icono de la repostería mallorquina que se remontaba, según algunas fuentes, al siglo XIV y la persecución de la comunidad judía de la isla.
Al parecer, una de las formas de demostrar la conversión al cristianismo de algunos judíos era añadir ingredientes “impuros” a sus recetas tradicionales.
Uno de estos ingredientes era la manteca de cerdo o "saïm", vocablo del que procede la palabra "ensaïmada".
El Forn de la Concepció recibe su nombre de la calle donde se ubica.
Abrió sus puertas en 1902 y, desde entonces, sus mostradores han servido ininterrumpidamente especialidades como la coca de patata.
De esta pastelería de Palma de Mallorca destacamos su selección de panes (el pan moreno es su buque insignia) y sus pasteles, elaborados siempre con la receta y según el calendario tradicional.
El Forn de Sant Francesc es una de las mejores pastelerías de Mallorca.
Este horno de pueblo está situado en la localidad de Inca, en el corazón de la isla y guarda como poco la esencia de las pastelerías mallorquinas "de toda la vida".
De hecho, muchas de sus elaboraciones mantienen su receta intacta desde hace más de 100 años de antigüedad.
Además, el Forn de Sant Francesc ganó el premio a la Mejor Ensaimada del Mundo en el año 2017, un reconocimiento que ha permitido a sus propietarios publicar un libro sobre sus panes, pastas, cocas dulces y saladas, y por supuesto, ensaimadas.
¿Uno de sus productos que no puedes perderte?
Sus "doblegats" (hechos con masa de hojaldre invertido) rellenos de chocolate, cabello de ángel o crema pastelera.
Forn Can Molinas en Valldemossa
La Panadería Ca'n Molinas de Valldemossa fue fundada en el año 1920 y es el lugar perfecto para degustar la famosa coca de patata, un hito de la gastronomía mallorquina que en este establecimiento tiene "sello de calidad".
En el Forn Can Molinas en Valldemossa también puedes probar otras especialidades dulces, como las cocas de anís, los mantecados, el gatò de almendra o de avellana, los robiols o los buñuelos.
Y si eres más de salado, no te pierdas las “panades” de carne o las cocas de patata con sobrasada, un ejemplo de cómo unir tradición y modernidad en una sabrosa elaboración.
La merienda es un "ritual" para los mallorquines, y tomar un chocolate caliente es casi una religión para muchos.
Por eso, en un artículo sobre pastelerías en Palma de Mallorca, no podía faltar Ca’n Joan de s’Aigo, la chocolatería más famosa de la isla.
Con más de 300 años de historia a sus espaldas, la especialidad de este local es el helado de almendra.
Si vienes a Palma, también debes probar sus famosos "cuartos".
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