Desde Hotels VIVA te invitamos a conocer la Cueva Azul de Cabrera (Sa Cova Blava), un lugar perfecto para darse un chapuzón bajo una gran cúpula de piedra y con una iluminación totalmente única.
Lugar de paso para navegantes fenicios, cartagineses, bizantinos, mercaderes, piratas y corsarios, Cabrera es una de las islas más curiosas del Mediterráneo.
Tiene una extensión de 17 kilómetros, siendo algo más grande que la homónima y famosa isla de Capri situada en el mar Tirreno, frente a las costas del golfo de Nápoles.
Pertenece al término municipal de Palma y está conformada por un pequeño archipiélago de 19 islotes situados a apenas a diez kilómetros de la costa sur de Mallorca.
Cabrera es la isla más importante, seguida de la Isla de la Conejera.
Definida como Plinio como "desierta y guarida de piratas", este lugar es un auténtico paraíso, prácticamente virgen.
La isla está completamente deshabitada desde el año 1991, cuando fue declarada Parque Nacional Marítimo-Terrestre, constituyéndose desde entonces como uno de los enclaves turísticos más relevantes de las Baleares gracias a su flora y a su fauna marina: no podemos olvidar que casi el 85 % de este parque natural es agua.
La isla también está llena de leyendas e historias curiosas.
Habitada durante siglos por monjes, recibió este nombre por la gran cantidad de cabras montesas que allí vivían.
Durante la invasión francesa, los soldados de Napoleón capturados tras la derrota de la Batalla de Bailén fueron trasladados a Cabrera, donde vivieron más de cinco años de largo cautiverio (1809-1814). La mayoría murieron de escorbuto, difteria, tuberculosis y hambre.
Otro dato curioso: la “Sagartana” es una pequeña lagartija de color verde intenso, oriunda y única de esta isla.
La isla de Cabrera ofrece muchos atractivos para los turistas.
Sus playas son especialmente tranquilas y salvajes, rebosantes de aguas cristalinas.
En la isla de Cabrera podrás elegir entre playas de arena, de piedras o de grava.
Algunas de las más famosas son Es Palmador (S’Espalmador), Sa Platgeta, Cas Pagés, Cala Donzell, Cala Ganduf y Cala Santa María.
La Cueva Azul es otra de las paradas obligatorias en tu visita. Pero, ¿qué tiene de especial?
La Cueva Azul de Cabrera es una de las múltiples grutas que encontramos en Mallorca, Menorca o Formentera.
Está excavada por el mar en la roca calcárea, en la zona norte de la Isla. Su entrada tiene 6 metros y su interior está bajo una bóveda natural de casi 20 metros de altura.
Pero lo realmente especial es que esta cueva es que acoge en su interior un fenómeno único: gracias a la orientación de su boca hacia el noroeste, a partir de mediodía los rayos inciden de tal manera que su interior adquiere un color azul intenso, eléctrico o zafiro, y produce efectos de luz espectaculares.
Además, en la parte sumergida, el agua se ilumina en un gradiente que recorre toda la gama de azules, creando una paleta tan intensa que parece artificial.
Esto nos permite darnos auténticos "baños de sirena" o hacer snorkel en aguas completamente limpias y transparentes.
La mejor forma de llegar a la isla de Cabrera es a través de los barcos que salen desde la Colonia de Sant Jordi, situada en Las Salinas (Ses Salines), al sur de Mallorca. El acceso de barcos diarios es limitado.
Para entrar a la Cueva azul, hay que bordear la cala en Donzell y llegar hasta la cala Santa María para buscar la gran cavidad.
El acceso a esta cueva marítima se realiza exclusivamente en embarcación, así que las visitas están bastante controladas. Normalmente, los baños duran entre 15 minutos y media hora.
Por último, te recordamos que tanto la Cueva Azul de Cabrera como el resto de esta isla son espacios protegidos. Te recomendamos llevar tu propia bolsa para recoger la basura que generes durante tu excursión.